Para las personas que como a mi os cueste comer pescado, os recomiendo esta receta por que es muy rápida y fácil de preparar y además está buenísima. Me gusta comer pescado, pero si no hago un menú semanal en el que incluya el pescado, es muy probable que pase una o dos semanas sin comer ningún tipo de pescado.
Las personas que me conocen bien saben que no soy una persona muy dada los contrastes en la cocina, no suelo mezclar carne y pescado, ni dulce y salado, pero como en el caso de esta receta suelo hacer excepciones que terminan por sorprenderme gratamente.
De guarnición le podéis poner lo que os apetezca, yo en este caso he optado por el tomate y la cebolla porque sino parece que la guarnición siempre sea patata y algo más y la verdad me ha gustado.
Ingredientes (para 2 personas):
2 truchas medianas
2 lonchas de jamón serrano
4 tomates
1 cebolla
aceite
sal
almendras
Preparación:
Cuando compréis la trucha podéis pedir que os la limpien del todo y le quiten la espina o como hice yo, que pedí que solo la limpiasen y yo le quité la espina, así no nos encontramos con ninguna espina. También le quité la cabeza, eso ya va a gustos.
Precalentamos el horno a 200 ºC, calor arriba y abajo.
Partimos los tomates por la mitad y la cebolla en rodajas.
Colocamos papel de horno en la bandeja y encima el tomate, la cebolla y las almendras. Ponemos un poco de sal por encima, si queréis también le podéis poner un poquito de orégano y un chorrito de aceite y lo metemos en el horno a media altura.
Rellenamos la trucha con el jamón serrano.
Transcurridos 10 minutos, sacamos la bandeja y ponemos encima de los tomates y la cebolla las truchas y ponemos en el horno otros 10 minutos más en la parte baja del horno.
Transcurrido ese tiempo subimos un poco la bandeja y lo dejamos otros 5 minutos.
Sacamos del horno, emplatamos y a disfrutar.
Espero que os guste!!