Esta semana os dejo con algo dulce y muy sencillo de hacer, unos lazitos de hojaldre.
Como veréis no tiene ninguna complicación y los ingredientes es fácil que los tengamos por casa.
Si por un casual no tenéis azúcar glass tampoco hay problema, ponéis azúcar en una bolsa de congelado, la cerráis y lo vais machacando con el rodillo, a fuerza de pasar el rodillo tendréis azúcar glass casero. Es algo entretenido pero tampoco os va a costar mucho.
Lo bueno de esta receta es que si una tarde tenéis antojo de lazitos los podéis preparar en un momento, aunque solo tengáis una lámina de hojaldre, porque la podéis partir por la mitad y listo…os saldrá menos cantidad, pero casi mejor, porque corréis el riesgo de coméroslos todos 😉
También es una receta ideal para preparar si tenéis invitados, porque no os quitará mucho tiempo y quedaréis estupendamente.
Ingredientes:
2 láminas de hojaldre rectangular
Leche condensada
Miel
Azúcar Glass
Preparación:
Precalentar el horno a 180º calor arriba y abajo.
Extendemos una de las láminas de hojaldre, yo la dejé un poco más fina con el rodillo y pintamos con un pincel con la leche condensada .
A continuación, hacemos lo mismo con la miel.
Tapamos con la otra lámina de hojaldre.
Cortar en tiras de poco más de 1 dedo de grosor la lámina a lo largo. Volver a cortar a lo ancho, de manera que queden rectángulos. Así os quedarán dos filas de rectángulos y unos lazitos largos, yo los corté para que me saliesen tres filas y quedan algo más pequeños.
Retorcer esos rectángulos, como en espiral, de manera que formemos los lazos.
Poner en una bandeja de horno, en la que previamente habremos puesto papel de horno.
Poner a calentar en un cazo agua y miel (la misma proporción de agua que de miel). Remover a fuego lento hasta que se derrita la miel.
Mojar los lazos en esa especie de almíbar de agua y miel.
Meter en el horno durante 15 minutos a 180º. El tiempo es orientativo, pues depende de cada horno. Mejor no os vayáis lejos e ir vigilando hasta que los veáis dorados. Yo coloqué la bandeja a media altura.
Cuando saquemos los lazos del horno, con un pincel volver a bañar con el almíbar de agua y miel. Yo los coloqué en una rejilla para que enfriasen bien y los pinté, si hacéis esto tened en cuenta que hay que poner papel de cocina debajo porque sino luego dejaremos la cocina pegajosa de lo que nos caiga al pintarlos.
Por último, espolvorear con azúcar glass.
Espero que os gusten!!