Esta es una de esas recetas que conozco de toda la vida. En casa siempre se han comido, no todo el año, pero de vez en cuando. Son muy fáciles de preparar y están muy buenos.

Yo es la primera vez que los preparaba, porque generalmente los preparan mi abuela o mi madre, pero esta vez me animé a hacerlos yo. Fueron un éxito y además de ser muy fáciles se conservan muy bien si los guardamos en un tupper o un bote bien cerrado.

Ingredientes (la medida es la de 1 vaso de chupito, yo utilicé uno más grande y me salieron muchos rollitos):

1 vaso de aceite de oliva

1 vaso de azúcar

1 vaso de anís seco

harina (la que admita)

Preparación:

• En un bol añadimos el aceite, el azúcar y el anís. Mezclamos bien y vamos añadiendo la harina, ha de quedar una masa manejable, que no se pegue pero tampoco muy consistente, sino los rollitos se quedaran duros.
• Cuando ya tenemos el punto de la masa, enharinamos el lugar donde vayamos a trabajar la masa y vamos cogiendo porciones de la masa, hacemos un churro y le damos forma de rollito, pegando un extremo del churro que hemos hecho con el otro extremo.
• Espolvoreamos con azúcar y vamos colocando en la bandeja donde los vayamos a hornear, sobre la que habremos puesto papel de horno para que no se nos peguen los rollitos.
• Mientras hacemos los rollitos precalentamos el horno, calor arriba y abajo a 180º.
• Introducimos la bandeja con los rollitos en el horno, a una altura media y pasados unos 5-8 minutos si ya están dorados los sacamos.
• A mi con las cantidades que puse me dio para un par de hornadas, pues como los rollitos son pequeños caben bastantes en una bandeja, eso sí, tened la precaución cuando los coloquéis en la bandeja de dejar una separación entre ellos para que no se nos peguen.
• Cuando los sacamos del horno los ponemos a enfriar en una rejilla y si queréis le podemos espolvorear un poco más de azúcar por encima.

Espero que os gusten!!